viernes, 29 de junio de 2012

Ser el primero: la competitividad


Todos los días estamos hablando de ser el primero en algo, animamos a nuestros hijos a ganar al fútbol y al parchís, a sacar mejores notas que el vecino, en el colegio se les da pegatinas a los más rápidos y a los que pintan mejor. En definitiva, fomentamos constantemente la competitividad.

Pero, ¿es tan importante ser siempre el primero? Si observamos a nuestro alrededor vemos que para mucha gente sí lo es. Y nuestros hijos también lo ven. Cuánta gente se deja la piel por ganar o se desgañita animando a ello. Y el no conseguirlo es motivo de mal humor o gran pesadumbre. Pero no podemos olvidar que el primero sólo es uno y nunca durante mucho tiempo.


Qué malgasto de energía les espera a nuestros niños si les enseñamos a vivir para superar a otros. Me parece que deberíamos empeñarnos en conseguir otros objetivos para nosotros y para nuestros hijos. Por ejemplo, la superación personal basada en nuestras posibilidades y no en los límites puestos por otra personas, el convivir con los que nos rodean con respeto y empatía…

El deporte es importante y buena parte de su valor está en la competitividad, es verdad. Pero debemos enseñar a ganar y a perder, a ser humilde en el éxito y animoso en la derrota. Y recordar también el placer del deporte sin competición, por pura diversión personal

Cuántas veces empujamos a nuestros hijos a competiciones que ni les gustan ni desean. Enseñémosles mejor el valor del esfuerzo y de la amistad. Ganarán medallas de felicidad.

Autora: Alicia R. Lorca

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