Cuento Motor: Al circo

CUENTO MOTOR. “AL CIRCO”

Érase una vez un circo llamado “Los Santos” que viajaba por todo el mundo, a veces viajaba navegando por el mar, otras andando por las montañas, en coche por la carretera e incluso en avión de país en país.

En el circo “Los Santos” hacían actuaciones muy divertidas y la gente que iba a verles reía y reía sin parar. Había espectadores que de tanto reír salían con dolor de tripa. Ahora os voy a contar todo lo que hacían en ese circo tan y tan famoso.

Vamos a empezar por los trapecistas. Es impresionante como mantienen en el equilibrio y van caminando por la cuerda floja: caminan con un pie detrás de otro… dando saltos con los dos pies juntos… dando zancadas… y a veces en equilibrio con un solo pie… ¡Solamente se cayeron una vez y se hicieron un buen chichón en la cabeza!

Otra actuación muy buena que tienen es la de los payasos. No paramos de reírnos con ellos. Esa forma de andar tan patosa que tienen que parece que se vayan a caer en cualquier momento, y de hecho, muchas veces se tropiezan con sus propios pies. Y, ¿qué me decís de esas caras tan raras que ponen? Cara de sapos… cara de feos… cara de pedo… cara de niños buenos… Además saltan como si les persiguieran mil avispas y les fueran a picar el culo, se tiran al suelo y ríen sin parar. ¡Qué graciosos son!

Pero sin duda, el mejor espectáculo es cuando salen los animales…

… hay unos monos que son muy monos, van saltando en cuclillas por todo el circo, y también forman un círculo y hacen cosquillas en la cabeza a sus amigos como si les estuvieran quitando los piojos.

… también son muy fieros los leones y los tigres, gruñen mucho y parece que siempre estén enfadados. Dan unos saltos enormes con las 4 patas, y alguno se ha quemado la cola con el fuego al saltar por los aros.

Al final del espectáculo, todos los espectadores que están sentados en la grada nos dan un gran aplauso que parece que no acabe nunca y los integrantes del circo saludan al público con una gran sonrisa en la boca.

Fin de la función