Cuando
yo era pequeñito
tenía
un robot muy enano
gran
cabeza, poco cuerpo
era
el robot Mariano.
Una
noche de improviso
cuando
la luna brillaba,
oí
un gran golpetazo
¡y
mi robot se quejaba!
¿Qué
te pasa Mariano,
qué
te ocurre en el brazo?
¡me
he caído, me he caído!,
me
he pegado un buen trastazo.
Las
piezas de mi robot
estaban
todas dispersas
por
encima de la cama
y
debajo de la mesa.
Las
cogí con mucho esmero
brazos,
piernas, cabeza...
me
dispuse a montarlas.
Pero...
¿por dónde se empieza?
Un
brazo donde la pierna
y
una pierna en la cabeza
parecía
un robot loco
y
tenía mucha tristeza.
|
Tendría
que hacerlo mejor
para
que fuera feliz
y
si quedaba bonito
entonces
podría reír.
Por
fin quedó bien montado
cada
pieza en su lugar,
y
a la mañana siguiente
los
dos pudimos jugar.
Aitor
Guillén Prieto
|
“El maestro que enseña jugando acaba jugando a enseñar. El alumno que aprende jugando acaba jugando a aprender” (Unamuno)
lunes, 19 de septiembre de 2016
TEXTO LÍRICO. "El robot Mariano"
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Hola hola yo soy Alberto y me ha gustado mucho aunque no lo he podido ver durante un rato solo porque estaba liado con otras cosas con Pedro y con mis amigos y no lo he podido ver así que hoy por la mañana lo he visto y te mando unos comentarios bueno adiós un beso para ti que eres muy bien muy bueno por profesor gracias por ser tan bueno conmigo
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