Listillo leyó una noticia que le preocupó. En un país muy lejano había aparecido una enfermedad
muy contagiosa. A los pocos días, en un país vecino se detectó una persona con los mismos
síntomas que los que provocó la enfermedad. Listillo refunfuñó con un "ummm" de preocupación
muy característico.
-Hay un virus suelto y es cuestión de días que se decrete el confinamiento total- dijo muy
alarmado- necesito pensar y necesito información, mucha información... tengo que ir a la
biblioteca.- volvió a preocuparse.
Según dice, para buscar respuestas complejas es necesario calentar el cerebro para que las
busque, así que antes de ir a la biblioteca debemos ir a su lugar preferido para calentar el
cerebro: al museo de las matemáticas. En el museo, a la salida, hay un pasillo con un montón de
EL
MISTERIOSO
CASO
DEL VIRUS
cuadros de algoritmos, ecuaciones, fórmulas extrañas, sumas, restas y toda clase de
operaciones. Y aunque la entrada al museo es gratis, solo te dejan salir de allí si aciertas los
retos que se muestran en el pasillo o pagas la salida...medida del todo acertada porque no veas lo
que la gente es capaz de estrujarse el cerebro con tal de no pagar un tiquet. Listillo no ha
pagado aún, y eso que va muy frecuentemente. Asunto este, que no le gusta para nada al
encargado, pues cada vez que va, tienen que cambiar los retos porque los adivina en un plis plas y
luego los publica en su blog. Según él, el conocimiento debe ser universal. Suele recordar, que
todas las respuestas están en la naturaleza, y las matemáticas son el idioma que utiliza la
naturaleza para comunicarse con los que la quieran escuchar. Y si alguien no sabe escuchar a la
naturaleza pero quiere saber las respuestas del pasillo de salida del museo solo tiene que visitar
su blog.
-¿Qué tiene que ver los números con el virus?- le pregunté mientras mirábamos un extraño
artilugio y un cuadro lleno de operaciones.
-Mucho, me respondió. Las matemáticas nos clarifican cómo se va a propagar el virus, cuánta
gente se va a infectar y por lo tanto nos previene de cuántas medicinas vamos a necesitar y
cómo podemos enlentecer el contagio para que el sistema sanitario no colapse.
Después de pasar un buen rato en el museo, llegó el momento de cumplir mi función. Listillo
siempre me lleva al museo con él por una sencilla razón. Sabe que él no se iría nunca de allí;
cuando ve números se queda hipnotizado, pierde la noción del tiempo y aunque resuelva los retos
le encanta disfrutar de los números como si se tratasen de hermosos paisajes. Así que mi misión
es sacarle de allí aunque sea a empujones. Esta vez no me resultó muy difícil, Listillo sabía que
no debía perder mucho tiempo allí, nuestra misión era calentar neuronas para ir a la
biblioteca.
En la biblioteca, antes de entrar nos tuvimos que lavar las manos unas cuantas veces, algo que no
entendí. Dentro de la biblioteca, Listillo leyó y releyó unos veinte libros, y después de
ordenarlos y desordenarlos llegamos a una increíble conclusión...
¿Nos ayudas a
resolver este caso?
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